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ENAP

“Para nosotros estar hoy parados con nuestras esposas, con nuestros hijos, en esta plaza de armas es símbolo de una historia de vida, vivida con esfuerzo, denuedo y arrojo” fueron las palabras con las que inició su discurso el Mayor General de la Reserva Activa Luis Jesús Suárez Castillo, integrante del contingente de Infantería de Marina número 18, en la celebración de sus 40 años de ingreso a la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”.


“Recordar ese primer día, la famosa peluqueada, ese cambio de look que además de cambiar nuestra apariencia, nos recuerda cada día que ya no somos unos niños y que tenemos una misión grande que cumplir”, agregó.


Vivencias que empezaron a forjarse desde el 13 de enero de 1980, cuando 160 jóvenes de los contingentes Naval número 80, Infantería de Marina número 18 y Mercante número 31 ingresaron a la Escuela Naval; y que en la actualidad son una bitácora de lecciones aprendidas para quienes apenas comienzan en este camino de vocación y servicio en la Armada de Colombia.


Estas reuniones de contingentes, de egresados, son un escenario para recordar y volver a vivir los gloriosos años al servicio del país y darles a las nuevas generaciones la motivación correcta para llevar con honor y tradición el estilo de vida que han escogido.


La alma mater de la Oficialidad Naval colombiana, organizó una agenda de actividades que permitió a los Oficiales compartir experiencias y conocer el proceso de evolución de esta academia naval y universidad marítima.


La jornada comenzó con los honores tradicionales al Pabellón Nacional, donde el Contralmirante Juan Ricardo Rozo Obregón, director de la Escuela Naval de Cadetes, les dio la bienvenida y compartió una anécdota especial que tuvo con uno de los integrantes del contingente, quien fue Comandante de Sección cuando él era Aspirante.


“Cuando tenía cerca de un mes de estar en la escuela pensaba que mi carrera aquí había terminado y deseaba regresar a mi casa. Mi comandante de sección se acercó, me aconsejó y explicó la gran oportunidad que tenía al haber ingresado a la Armada Nacional y la proyección que podía tener a futuro. Agradezco a mi comandante de sección, porque siendo un aspirante de los 200 que ingresaron en ese momento a la escuela, me motivó y llenó de energía para continuar mi carrera. En gran parte, gracias a esa dedicación hoy estoy como director de la ENAP”.


El Cronograma de actividades incluyó una presentación institucional, una eucaristía de acción de gracias, un recorrido por las instalaciones académicas y de investigación. La jornada culminó con un almuerzo de compañeros, donde se intercambiaron experiencias con los jóvenes que se forman para ser Oficiales de la Armada de Colombia y de la Marina Mercante.